«Ésta es nuestra casa.
Entremos.
Para ti la hice. Como un cuadro nuevo,
mirando, mirando,
como la hace el hornero,
tuya es esta puerta;
tuyo este antepecho,
y tuyo este patio
con su limonero».
José Pedroni.
En este post tendremos tres recursos útiles para armonizar la energía en nuestra casa. Del mismo modo que limpiamos, ordenamos y recomponemos los desperfectos que se van ocasionando en el día a día, debemos también revisar que las vibraciones sean buenas. Cuando se nos acumulan las preocupaciones, y no logramos descansar bien, cuando recibimos visitas molestas y nos dejan agotados, o si se da el estresante caso de vecinos fastidiosos, todo apunta a que no podemos retrasarnos más en nuestras tareas mágicas.
Por la puerta principal llegamos al hogar, por allí traemos las compras, y también demasiado a menudo las cargas emocionales y psicológicas de la vida fuera. Para limpiar la entrada nos servirá algo tan asequible como la menta, la hierbabuena o el romero. Escogeremos una de las tres hierbas y prepararemos una infusión, y una vez templada la utilizaremos para lavar la puerta, con la ayuda de un trapo nuevo, por dentro y por fuera. Luego prenderemos una vara de incienso en la sala principal, o un pedazo de madera de palosanto, y encenderemos una vela blanca como ofrenda.

Para invocar a la suerte y que nos favorezca en nuestras mejores intenciones, colocaremos en la manilla de la puerta principal de casa un amuleto de cascabeles. Cada vez que suenen, cuando entremos y salgamos, ahuyentarán las malas energías y ayudarán a traer alegría. Es tan sencillo como atar a una cuerda, o hilo, de color rojo tres cascabeles, y colgarlos de la manilla. Son campanas o cascabeles de bruja: con su tintineo susurran peticiones mágicas para los habitantes de la casa.
Para propiciar la buena fortuna y llamar a la abundancia prepararemos una mezcla con alcohol y agua a partes iguales y dejaremos macerar durante siete días -y siete noches- 3 hojas de laurel y 2 varas de canela. Una vez transcurrido este tiempo lo filtraremos y guardaremos en una botella con pulverizador y depositaremos dentro una piedra de cuarzo blanco. Al menos una vez a la semana atomizaremos la esencia en todas las esquinas de la casa. El momento adecuado para preparar y reponer la fórmula es durante el periodo lunar creciente, incluida la noche de luna llena.
Tin, tin, tin…